martes, 25 de enero de 2011

Cultura: remedio anticrimen y motor del desarrollo

Sorprende que entre las decenas de argumentos para defender la permanencia de la Secretaría de Cultura (más que en defender el fomento a la cultura) no se hayan tocado tres argumentos contundentes para hacer de este sector una prioridad para el próximo sexenio.  

1. La inversión en cultura es una de las formas más efectivas para prevenir la delincuencia. 

El mundo entero nos brinda casos de éxito a donde el fomento a la actividad cultural funge como factor clave para inhibir o disminuir la actividad criminal. Así por ejemplo tenemos que Boston es la metrópoli americana que mejor ha trabajado la prevención de la actividad criminal. Hoy es una de las ciudades con menor índice de asesinatos debido en gran medida a sus programas para brindar actividades recreativas, culturales y deportivas a cada estudiante en sus ratos de ocio. Las pandillas criminales se gestan cuando los jóvenes no tienen qué hacer e invertir en darles actividades es mucho más efectivo y económico que la compra de patrullas o cualquier otro rubro de seguridad.

Por otro lado apenas hace unas semanas citábamos como Medellín es ya reconocida como el mejor caso de éxito en la reducción del narcotráfico, los asesinatos y la violencia: se redujeron más de un 75% durante el mandato del alcalde Sergio Fajardo al transformar las zonas más pobres de la ciudad en polos de cultura, educación y emprendurismo. 

Puebla es uno de los tres estados más seguros del país y si una cosa habría que reconocerle al gobierno saliente (muy probablemente la única) es el decidido apoyo al deporte y el mantenimiento de la seguridad ante la escalada de violencia en el resto del país. No basta con invertir en deporte, falta ahora fortalecer la actividad cultural. 


2. La industria cultural y creativa es la cuarta actividad económica más importante del Valle de Puebla, apoyarla  es fundamental para el crecimiento. 

Apenas el año pasado se presentó un estudio muy serio sobre la contribución económica de la cultura y la creatividad en la Zona Metropolitana de Puebla (estudio “Gran Visión Cultural” realizado por Nomismae Consulting para el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla). Los hallazgos nos revelan algo para muchos desconocido: después de la actividad textil, la automotriz y el turismo, la industria cultural es la cuarta que más contribuye al producto interno bruto de Puebla. Sorprende además que “las actividades culturales y creativas en la zona metropolitana generan más de 50,000 empleos, cantidad que triplica el número de empleos generados por Volkswagen en México”. 

Sin embargo este importante sector tiene muy poco apoyo, la mayor parte de la gente dedicada al sector no tiene seguridad social, tiene un segundo empleo y requiere para su desarrollo de foros, capacitación, mayores festivales y eventos, espacios y difusión de la obra.  


3. El apoyo a la cultura debe medirse en función del presupuesto a inversión, más que en la estructura responsable de ejercerlo. 

A pesar de la importancia del sector cultural en Puebla la inversión gubernamental dista mucho de las recomendaciones internacionales que sugieren destinar un 2% del presupuesto. El gobierno estatal apenas destino alrededor del 0.4% de su presupuesto a la cultura pero la mayor parte de los alrededor de 180 millones de pesos de presupuesto se fueron a gasto corriente (alrededor de 120 millones según me han comentado). Por su lado el municipio de Puebla fue líder en el país con un 1.4% de inversión cultural (el DF o Guadalajara no rebasan el 0.5%) con alrededor de 40 millones destacando además que apenas la cuarta parte de dicho presupuesto fue para gasto corriente. 

No importa tanto el título del organismo (consejo, secretaría, organismo) sino que la estructura responsable sea ágil, reduzca sustancialmente el gasto corriente y aumente la inversión y el apoyo al sector cultural de forma sustantiva. 

La calidad de vida que todos queremos en Puebla debe poner en la mira a la cultura como un eje estratégico de desarrollo. Nuestra historia y nuestro presente nos exigen darle a este sector la prioridad y el empuje para ser uno de los motores de desarrollo más importantes en los años por venir. 

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