Cuando el puesto te aleja de la congruencia: la “obligación” de algunos diputados para obstaculizar la transparencia
Este diputado es ante todo un buen amigo, una persona honesta y trabajadora. Hoy sin embargo su trabajo lo pone entre la espada y la pared. La tan anhelada transparencia en nuestro estado se ha quedado en puras buenas intenciones con resultados deplorables. El gobierno y el PRI obstaculizan a toda costa el que podamos conocer el gasto de gobierno mediante toda suerte de triquiñuelas y argucias legales. Hoy el diputado tiene que obedecer al patrón, en lugar de al ciudadano que lo eligió, y así bloquear el proceso de transparencia. El se encuentra en un desafío: escoger entre lo correcto, o entra la línea oscura que le tiran.
En todos los gobiernos estatales hay una ley de transparencia que obliga a cada estado a publicar diversos rubros (llamados fracciones) sobre el quehacer gubernamental. Así pues hay estados que están obligados a publicar los sueldos, las licitaciones actuales, el costo de obra, el gasto en celulares, publicidad y muchas cuestiones más. Hay leyes que exigen publicar poco como Puebla que por cierto es la 5ª más oscura (de acuerdo a un estudio realizado por Axitia en 2006). La triste realidad es que a pesar de que en Puebla se deben publicar pocas fracciones, el gobierno ni siquiera cumple con ello.
Para vigilar su cumplimiento, las leyes contemplan la creación de un organismo de transparencia y acceso a la información; en el caso de Puebla este se llama CAIP (Comisión de Acceso a la Información de Puebla). Estos organismos deben gozar de autonomía plena, como sucede en varios estados, pero en Puebla el control del CAIP está literalmente en las manos del gobierno de Marín. EL CAIP es dirigido por tres comisionados con seis años en el cargo cada uno quienes a su vez se turnan en el puesto de presidente por dos años. En Puebla la correspondía la presidencia a Josefina Buxade, respetable académica de la Udla que ha luchado por obligar al gobierno a cumplir con la ley. Lamentablemente el PRI hizo y deshizo el proceso para impedir su legítima llegada para cumplir sus últimos dos años como titular; en su lugar logró en cambio colocar al comisionado Antonio Juárez. Resulta que este individuo además de sus muy sospechosas decisiones casi siempre a favor del hermetismo de gobierno en lugar del acceso al ciudadano, violó la ley para ser comisionado pues mintió sobre su afiliación a una institución política. Dicha filiación está plenamente documentada y hoy es motivo de juicio en el Congreso del Estado.
Escuché en el radio los argumentos del diputado priísta vs. su colega panista sobre el bloqueo al expediente para juzgar a Antonio Juárez, removerlo del cargo y con ello traer al CAIP a un comisionado ajeno a los intereses del gobierno. Para juzgar el asunto los miembros de la comisión de gobernación (los diputados que hablaron en el radio, entre otros) deben y tienen todas las facultades para revisar el expediente. En cualquier juicio la población puede o no tener acceso a los expedientes, pero los que juzgan siempre, sin excepción deben tener acceso a la documentación, de otra forma no se puede emitir un juicio razonado e informado. Resulta muy lamentable que el diputado priísta haya esgrimido que el archivo estaba en su oficina para “cuando lo quisieran ver” negándose e ignorando formalmente a responder a los múltiples oficios de solicitud por escrito para entregar dicho expediente a los diputados con legítimo derecho del PAN. Me parece que el diputado quizá está olvidando los sueños que tuvo de joven. Su actuación dista mucho de lo que esperan los que votaron por él: un estado de progreso, sin corrupción y con un eficiente gasto gubernamental. Parece que está tomando un papel a donde sus intereses sirven al partido, en lugar de a los poblanos a los que representa. Este diputado no es el único en esta situación, lamentablemente nuestro sistema democrático sin reelección está diseñado para que los diputados se preocupen por “agradar al de arriba” en lugar de al ciudadano al que deben su trabajo. La línea seguramente es algo como: “Debes bloquear cualquier intento por quitar del puesto al comisionado Antonio quien está a nuestro servicio”.
Parece que está tomando un papel a donde sus intereses sirven al partido, en lugar de a los poblanos a los que representa.
Espero que este y otros diputados priístas reflexionen sobre su papel trascendente en esta legislatura. Espero que no se vuelvan unos peones más de un partido que simple y llanamente está bloqueando cualquier posibilidad de esclarecer la descarada, escandalosa y aberrante corrupción en el gasto del gobierno estatal. Nuestro estado construye hospitales entre 50% a 100% más caros que otros en el país. Nuestro estado fracciona carreteras para poder entregar la obra a los compadres. En nuestro estado hay más aviadores en la SEP que en ninguno otro lugar del país. En nuestro estado se promete “ahora sí” la mejora del transporte con cada aumento al pasaje, pero lo único que se logra es la disposición de los vehículos para el acarreo en época de elecciones. La triste realidad es que en nuestro estado los gobernantes y toda la camarilla de grupos de interés han secuestrado el presupuesto y han impedido a toda costa que suceda lo que en algunos otros estados ya es una realidad: cualquier puede desde su computadora revisar el gasto detallado y ver evidencias de si hay o no corrupción.
Espero que no se vuelvan unos peones más de un partido que simple y llanamente está bloqueando cualquier posibilidad de esclarecer la descarada, escandalosa y aberrante corrupción en el gasto del gobierno estatal.
Estimado diputado, negar el documento no es la gran falta, ser instrumento de un sistema corruptor si lo es. Haz lo que tus principios te dictan y trasciende como un hombre congruente, no como uno más que se vendió al sistema. Atentamente… tu amigo.
Banda ancha móvil de Telcel: un servicio lanzado con muchos errores y engaños
Telcel acaba de lanzar su servicio de Internet 3G para navegar en Internet desde tu computadora “supuestamente” en cualquier lado donde haya señal. La realidad es que el servicio tiene muchos problemas y el personal que lo ofrece no está adecuadamente preparado. Al preguntar por las tarjetas me aseguraron que eran “plug & play” misma información que se cita en su sitio web. La realidad es otra. Si insertas la tarjeta no sirve no sirve de inmediato (no es plug & play). Además el sitio de Telcel tiene ligas rotas al software y soporte de las tarjetas. Aún así contraté e instalé el software vía CD. En al menos 40 ocasiones en cuatro lugares distintos de Puebla simplemente no me pude conectar. Seis horas perdidas en llamadas a soporte por mi asistente y quien esto escribe no solucionaron nada. Los técnicos nada más no podían. Las promesas de “lo llamamos luego” no se cumplieron del todo. Al pedir cancelar me respondieron con algo digno de Ripleys: tendría que pagar una multa – “¿pero cómo, si su servicio no ha servido un solo instante?” – lo sentimos pero esas son las políticas (con razón Carlos Slim gana más de 1.5 millones de dólares por minuto).
Hoy fui al centro de atención y el técnico me confesó que otras cuatro personas en Puebla con mi mismo modelo de tarjeta no han podido conectarse (por el número de ventas del producto y la gama de tarjetas puedo inferir que prácticamente todos los que contrataron con este modelo han tenido problemas). Cambiaron a otro modelo de tarjeta y finalmente me pude conectar. ¿Y quién me reembolsa mi tiempo, mis llamadas, mi gasolina, la información errónea de su sitio y sus errores al prometer algo que no es cierto? – “pues sólo le compensaremos los cuatro días que no tuvo servicio…” Cuán alejados estamos del primer mundo donde sin chistar te darían mínimo tres meses gratis por tanta burrada.
Una semana es Telcel, otra Megacable, otra los bancos… En México la mayoría de las empresas sólo se preocupan por el cliente a la hora de cobrar, nunca para compensar sus errores y mucho menos para probar con calidad algo antes de lanzarlo al público… Telcel: otra empresa de clase rural.
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