miércoles, 5 de marzo de 2008

“Pregunten sobre la obra” - la guerra entre el gobierno y los empresarios

Inicia el año con una pelea entre empresarios y gobierno. Por un lado los empresarios a través de algunos dirigentes criticaron la falta de obra en el estado ¿acaso alguien duda que hay muy poca obra? Y por otro el gobierno critica a los empresarios por no “ver las obras”. ¿Quién tiene la razón? La transparencia nos daría una respuesta más que contundente, veamos por qué.

Marín sugiere a los empresarios a que pregunten a la gente sobre las “múltiples obras en el interior del estado”. En lo personal he visto algunas obras en municipios bastante abandonados como Chiautla de Tapia o Cohetzala en las últimas semanas, por lo que el gobernador puede tener razón en el fondo, no así en la forma. El gobernador está obligado por ley a publicar todos los detalles del gasto en Internet, pero no lo hace. Entonces sugiere que se visite a las comunidades para preguntarles sobre las obras. Su lógica es buena, pero muy a la antigüita. Hoy los mejores gobiernos del mundo suben los expedientes de obra a internet y así sin tener que recurrir a preguntas esporádicas a comunidades aisladas podemos ver los detalles del gasto. Si alguien sube información sobre una obra fantasma, se puede denunciar directamente en línea.

La publicación en línea se vuelve el mejor ayudante para convertir a todo ciudadano en auditor. ¿Qué no se puede? Por supuesto que sí. En mi empresa ayudamos a rediseñar el portal de Guerrero y hoy es el único del país que tiene las fichas de obras a la vista de todos, con fotografías y un módulo para que cualquiera pueda agregar sus comentarios. Gracias al rediseño Guerrero subió en el ranking anual de portales de la Revista Política Digital del lugar 32 al 3º mejor del país. Irónico que Guerrero, estado mucho menos desarrollado que Puebla si pueda y pueda incluso por encima de estados mucho más desarrollados como Nuevo León, mientras en Puebla tengamos que recurrir a “preguntas a la comunidad” para informarnos.

La obra puede que sí esté, pero su calidad, costo y garantías pueden dejar mucho que desear. El actual gobierno ejerce mucho menos gasto en obra que el de Manuel Bartlett a pesar de contar con prácticamente el doble de presupuesto. Así de cada peso que obtiene el gobierno estatal, hoy la mayoría se va a gasto corriente que entre otros se destina a mantener empleados improductivos o que muchas veces la hacen de aviadores. Para muestra un botón: de todos los estados del país, el que más profesores “comisionados” (léase “aviadores”) tiene es Puebla. Pero los detalles de los porcentajes asignados a obra vs. gasto corriente nuevamente son un misterio. Ni sabemos cuánto se gasta en publicidad, en luz, en sueldos, ni sabemos cuánto cuesta cada obra. El gobierno incumple la ley de transparencia y no brinda los detalles de cómo se gastan nuestros impuestos.

La corrupción al hacer obra ha sido reportada por varios periodistas: algunos de ellos han sufrido golpizas y amenazas de muerte en las últimas semanas pues reportan de forma bastante detallada cómo el secretario encargado de la obra pública pide una “ayuda” de 20% por cada contrato. Es increíble que se mencione que el acostumbrado 10% ahora incluso lo dobleteen… Señores, ni 1%, ni 10%, ni 20% debería ser costumbre, la cuota es corrupción sin importar el porcentaje. Esto se traduce en obras caras y de pésima calidad. ¿Son rumores las comisiones? Nuevamente el mejor antídoto sería publicar todos los concursos de obra y sus resultados, como se hace ya en decenas de estados de México, así cualquiera podría comparar los costos unitarios y ver si la obra aquí es más cara (por mordidas) o realmente fue asignada al mejor postor de forma limpia. En Puebla ante la falta de transparencia es claro que la obra se hace en lo oscurito mientras la ley es letra muerta.

Marín por su lado nos ofrece argumentos arcaicos ante su total desdén por la ley que lo obliga a reportar el gasto.

Muchos empresarios de Puebla ciertamente no trabajan en conjunto por el desarrollo de Puebla, ni buscan despuntar como líderes en México y el mundo (con contadas excepciones), pero tienen mucha razón en señalar la opacidad y poca obra que ha habido en el sexenio. Marín por su lado nos ofrece argumentos arcaicos ante su total desdén por la ley que lo obliga a reportar el gasto. Si la obra es tanta y tan buena como dice, que suba los reportes al portal y todos podremos ver si tiene la razón, el ir a preguntar a las comunidades lo dejamos mejor a los estudios de opinión. Lo invitamos a cumplir con su deber, cumpla con la ley.

Megacable: empresa mentirosa de clase rural
Las promesas a la hora de la venta son fabulosas: “al contratar usted cablearemos todo el fraccionamiento, por ello le ofrecemos en agradecimiento internet, telefonía e internet gratis por tres meses, después pagará un paquete de $650 mensuales por nuestro servicio” – esa fue la promesa. Hoy pasados tres meses y medio quieren cobrar $2,740 pesos. “Debe pagar llamadas, internet, servicio básico, canales premium y todo por separado, pues el sistema lo cobra de forma individual ya que el promotor ni armó el paquete, ni le dio seguimiento a su promesa” – eso me dicen en la oficina, además pretenden que uno vaya viajando por cada oficina a resolver un problema interno (señores, “time is money”).

Megacable es una empresa bananera, mentirosa y que por encima de todo ignora la voz del cliente

Nadie en Megacable responde, todos se echan la pelota y nadie puede corregir el error del promotor. Es increíble, pero Megacable es una empresa bananera, mentirosa y que por encima de todo ignora la voz del cliente. Es lamentable tener que escribir en este espacio para ver si así hacen algo. Por lo pronto te sugiero: jamás los contrates. Las empresas que piensan en departamentos como silos aislados, que no asumen una sola cara y responsabilidad ante el cliente tarde o temprano morirán.

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