Veneno que literalmente nos administran poco a poco ¡descúbrelo!
Pura y cristalina, así nace esta gota de agua en los bosques de la Malinche, descendiendo poco a poco entre árboles, pastos y piedras. Ni ella ni tú saben lo que les espera. El recorrido es de unos ochenta kilómetros. El cambio es radical. La pureza se vuelve veneno, el excremento riega tus lechugas, el plomo y químicos se transfieren de la tierra a la planta y de ésta a tu cuerpo. Sólo el gobierno y unos más lo saben, pero nadie hace absolutamente nada: la negligencia es total.
Los fines de semana me gusta explorar lugares poco concurridos. Descubrir los alrededores de Puebla me ha permitido encontrar pequeñas joyas que poco valoramos y que mucho nos comunican sobre las tradiciones e historia de nuestro estado. Esta ocasión el hallazgo no fue nada agradable. Todo lo contrario, mientras más exploraba, mayor la sorpresa y desilusión. La aventura empezó siguiendo el cauce del Atoyac, ese río negro y pestilente que apenas hace unos años nuestros padres cuando niños podían disfrutar para nadar o pescar. Hoy la pesca está garantizada, pero en lugar de peces hay zapatos, botellas, pañales y hasta una cabeza de cerdo flotando. Todo ello aderezado con un caldo de toxinas y espuma de detergente por doquiera. Apenas un par de kilómetros después de La Vista y Lomas de Angelópolis la cortina de cemento es imponente, hay una cascada artificial que provoca una brisa de mugre y un hedor indescriptible. La presa cumple un sólo propósito: desviar aproximadamente una cuarta parte del Río Atoyac por un acueducto con dirección al sureste … ¿a dónde irá tanta agua me preguntaba? Para allá sólo hay montañas… ¿a dónde irá la pintura de las fábricas textiles, el detergente, los químicos industriales y todos los desechos de miles de casas de Puebla y Tlaxcala?
El descubrimiento vino el fin de semana siguiente. Tras las montañas que dividen a Puebla de Atlixco, más allá de las famosas antenas donde se avientan en parapente, en el gigantesco valle que desciende hacia la región de Atlixco. El lugar es hermoso como pocos, digno de postal. Todo el campo está verde, lleno de hortalizas, flores y árboles que dividen distintos terrenos. El agua corre por doquiera. ¿De dónde nace tanta agua, si las montañas son áridas y al otro lado está el Valle de Puebla? La curiosidad crecía al recorrer tan fértiles tierras. La sospecha nació al ver un caudaloso canal de aguas negras… ¿pero cómo es posible, si hacia arriba sólo hay montañas?
En Puebla tenemos una maravillosa obra de ingeniería hidráulica: un canal sumergido que atraviesa las montañas entre Puebla y Atlixco para luego descender por un tubo de un medio kilómetro de largo y unos dos metros de diámetro para terminar en una central eléctrica con gigantescas turbinas del tamaño de un autobús. El caño de tu casa se desvía hasta Atlixco para generar electricidad y luego regar las hortalizas en Atlixco. Confieso que al constatar esto desapareció el mágico velo que tenía desde la infancia: la fertilidad de Atlixco no es producto de arroyos naturales, sino del caño de Puebla. El descubrimiento fue como un balde de agua fría: la belleza era producto del veneno, ni más ni menos.
La triste realidad es que el agua que sale de tu escusado es la misma que riega las zanahorias, lechugas y jitomates que compras en el súper. Eso sucede también con los cultivos de la zona de Tepeaca y Tehuacán, pues la presa de Valsequillo vierte sus aguas en esos valles. Ahí el consuelo es que la presa y el lirio acuático algo filtran y el extenso recorrido hasta esos valles también contribuye a medio limpiar el agua. En el valle de Atlixco en cambio, el veneno viaja escasos
Este y los anteriores gobiernos han cometido un atentado contra nuestra salud. Lamentablemente como nadie ve esta realidad, no sale en
Invito a las escuelas y universidades a que hagan excursiones a estos lugares y vean que todo esto sucede cada minuto de cada hora de cada día y nadie hasta ahora hace nada. Hemos dejado que la gota cristalina de la Malinche se envenene al llegar a Puebla y de aquí la entubemos rumbo a Atlixco, para nutrir nuestra comida. ¿Te vas a quedar callado?
PD. Una variante de este artículo la publiqué hace dos años, en ese tiempo en repetidas ocasiones el gobierno de Marín - como todos los anteriores - ha prometido e INCUMPLIDO que “ahora sí limpiaría el río y la presa de Valsequillo”… la realidad es que a este gobierno le ha valido un cacahuate que tus verduras te estén envenenando poco a poco… ¿Será hasta que aparezca en un medio leído como Cambio que empiecen a ponerse las pilas?
Hola Iñaki:
ResponderEliminarLo que comentas en tu columna, es escalofriante. Es decir, miles o millones de seres humanos estamos comiendo literalmente excremento y tóxicos sin que el gobierno federal, estatal o municipal en la parte de salud que les compete eviten la propagación de enfermedades. Por otro lado Soapap niega otorgar información por considerarla "Reservada" http://www.pueblaonline.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=10528&catid=57&Itemid=72
Esto quiere decir que los poblanos que consumimos "verduras frescas" tarde o temprano estaremos mucho mas enfermos que los que consumen de envasadados.
No cabe duda que estamos en el país de las chingaderas al cubo.
Saludos.
Jennyfer López.
Si es un sentimiento bastante grotesco lo que nos invade cuando uno se entera de esto, lo cual es conocido por gente de UPAEP y otras instituciones desde hace mucho, baste mencionar que hay un buen número de trabajos desarrollados en nuestra universidad y en la BUAP desde hace tiempo sobre el destino de esta agua y su contaminación, he tenido la oportunidad de participar en algunos proyectos relacionados con cuestiones ambientales y siempre quedo realmente sorprendido de lo benévola que es la naturaleza, y de lo cochinos que somos, nosotros podríamos estar en este momento tremendamente preocupados, pero en estudios realizados en UPAEP se ha visto que dicha contaminación no tiene un efecto tan perjudicial como lo queremos ver, sólo tomemos como referencia a la planta, ya que la planta no se muere y es el primer consumidor de la contaminación, por qué no muere si esta recibiendo una gran contenido de metales por ejemplo, y resulta que es más fácil que se les muera una planta en su jardín que esas que vieron sembradas en atlixco, les comento que aquí se han hecho estudios a nivel celular y se conoce con muy buena precisión dónde y cómo terminan los contaminantes. En fin no es corto de explicar pero, por otro lado, si quieren poner manos a la obra, pues les comento que aquí en el CESAT tenemos un equipo con la capacidad necesaria para ver si moriremos por la contaminación por metales de los vegetales y frutos que comemos, y yo agregaría hasta los remedios de los mercados, de esos si siempre he sospechado por que nos hacemos tés con las hojas. Nosotros no tenemos tiempo de andar tomando muestras pero ustedes en sus paseos podrían hacerlo y nosotros las medimos, y así pues ya nos espantamos todos con datos confiables. Les comento ya sólo como ejemplo que la planta no muere por ejemplo por contaminación por plomo porque tiene la capacidad de hacer pelotitas muy chiquititas y neutras (nanopartículas), es decir no activas ni listas para reaccionar sino inertes y las acomoda en organelos específicos en los cuales las pasiva, y no las pone en cualquier tipo de célula ni en cualquier parte de la planta, que lista planta no creen.
ResponderEliminarBueno ya no los agobio más, saludos, y aguas con querer ser vegetarianos.
Prudencio Fidel Pacheco García
Centro de Servicios de Alta Tecnología
Universidad Autónoma del Estado de Puebla
11 Poniente 2304, Puebla, Pue., México, CP. 72410
Tel.: 222 229 9400 Ext. 7640, Fax: 222 232 5251.
Realmente queremos más de lo mismo?
ResponderEliminarTodavía nos preguntamos porque estamos como estamos?
Te has preguntado que estás haciendo tu en concreto para que esto sea diferente?
Realmente es esto lo que queremos para nuestros hijos y nuestra familia?
Necesitamos dejar de ser simples habitantes de nuestras ciudades, de nuestros estados y convertirnos en verdaderos ciudadanos que se involucran, que se organizan y exigen que las cosas sean diferentes. Toda esta gente realmente vive y crece ante nuestra clara apatía y desinterés, sin ver (realmente sin querer ver) que estamos en un proceso de suicido colectivo.
Además quiero comentar que el agua que no es desviada a Atlixco y sigue en el río Atoyac, al llegar a la cortina de la presa Rafael Ávila Camacho en Valsequillo, es desviada por otro canal que también desaparece por kilómetros bajo tierra y aparece en las planicies de Tecamachalco, en donde la siembra principal es el frijol y maíz que todos nos comemos.
ResponderEliminarLas aguas residuales de esa zona vuelven a verterse al río Atoyac, que por cierto en ese lugar es cristalino por la cantidad de manantiales del cual es alimentado, increíble pero cierto, hay vida acuática de gran tamaño, como seguramente en tiempos añejos el río Atoyac lo tuvo.
Esta obra fue creada en la administración de Rafael Ávila Camacho (Valsequillo) y la que surte el agua a la ciudad de Atlixco es del tiempo del General Porfirio Díaz, lugar que lamentablemente también se ha utilizado para cometer asesinatos, es decir, sumergen a individuos vivos o muertos al canal subterráneo apareciendo ahogados o despedazados en la plata eléctrica conocida como “Portezuelo II”, la cual es la más antigua del país que aún genera electricidad, conservando las turbinas originales (1908).
http://www.elementos.buap.mx/num18/pdf/44.pdf
Ahora entiendo que mimama siempre hervia las fresas por que como hortalizas no se tallan y como se riegan con aguas negras pueden tener cisticercos cuanta razon tenia
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