La Ley de Herodes corregida y aumentada en ¡el municipio de Puebla!

Xaxamayo, hermosa comunidad cercana a Valsequillo y perteneciente al municipio de Puebla es la cúspide del desdén, la mentira, la corrupción y el vale-madrismo del gobierno. Estuve este domingo y pude presenciar lo que muy, muy pocos creerían cierto… aquí en el mismo municipio de Puebla cientos recorren entre 6 y 12 kilómetros diariamente para ¡poder tomar agua! Esto que sólo pensarías que sucede en África pasa también en Puebla.

La historia de Xaxamayo supera en dramatismo a la exitosa película de la “Ley de Herodes” donde los políticos explotan y viven a costa de los indígenas más jodidos y abandonados. Lo terrible es que esto sucede hoy mismo a escasos veinte kilómetros de la Vista… donde los secretarios y funcionarios “líderes” (algunos ahora nos piden el voto) gastan en una sola comida o en encuestas o en seguros anti-robos de finanzas lo que a estos pobres poblanos les alcanzaría para tener agua potable permanentemente.

La pobreza de Xaxamayo es insultante y cubre diversas vertientes: la mitad de las viviendas son de paja y sin piso firme… como en África, no cuentan con sanitarios ni regaderas… como en África, sus habitantes se bañan a jicarazos… como en África, no hay agua potable en el pueblo… como en África, no hay ni una sola clínica o casa de salud… como en África.

De acuerdo a varios pobladores con los que platiqué, hace cinco años el entonces candidato a gobernador y otro a diputado local prometieron una carretera y agua potable. Ya en el poder presumieron que “cumplieron” con una flamante presa que recogería el agua de lluvia y la filtraría llevándola a todas las casas. El problema es que la presa no funcionó (¿qué compadre la habrá construido?) pues las juntas del cemento nunca se impermeabilizaron por lo que el agua captada rápidamente se pierde. La tubería sólo llegó a unas cuantas casas y el filtro potabilizador no se echó a andar. ¿El resultado? Este domingo la presa estaba prácticamente vacía y llena de lodo (cuando apenas un día antes había llovido copiosamente). El agua de lluvia apenas llega por unos minutos y tan sólo a las primeras casas cercanas al tubo. El agua está tan puerca que sólo se usa para regar las plantas o darle de beber a los animales. La mayoría de las casas nunca tiene agua, ni siquiera puerca. ¡Igualito al poste de luz que llevaría progreso a San Pedro de los Sahuaros! Ah que bonito gobierno…

Eso sí la prensa y los políticos anunciaron con bombo y platillo (así lo cuentan los pobladores) que “Xaxamayo ya tenía agua potable” (el 26 de marzo del 2006 se anunciaron recursos por 3 millones de pesos del gobierno del estado y el municipal para construir la presa). De esto ya pasaron cuatro años. Cuatro años en los que cada día de cada mes sus habitantes recorren kilómetro y medio de ida y kilómetro y medio de vuelta descendiendo una barranca, llegando hasta un manantial donde llenan dos ánforas de metal que cargan en burro. Con sus dos a cuatro viajes ¡todos los días recorren entre 6 y 12 kilómetros para recoger agua! Todos son unos atletas… ¡por necesidad!

Los habitantes del ejido Los Ángeles, donde nace el manantial si entuban y llevan casi toda el agua a su pueblo y han amenazado con cercar el cada vez más escaso líquido para que Xaxamayo busque su propia fuente de agua. Mientras tanto los pobladores de Xaxamayo comentan como han ido una y otra vez a ver a Marín… quien los manda con Blanca…, quien los manda con Marín…, ¡así llevan cuatro años! Les prometieron vales para pagarles la mitad de las pipas que a veces piden desde Puebla, ¡a $800 cada una! Pero a la fecha no han visto un solo vale. El caso de Xaxamayo es tan dramático que fue publicado en varios periódicos del mundo con motivo de la cumbre mundial del agua en nuestro país… pero en Puebla, como en San Pedro de los Sahuaros los funcionarios simplemente se hicieron bueyes.

De la carretera los políticos tampoco hicieron nada. Éste mismo sábado se volcó una camioneta y murió un joven… Esa es la tragedia que sus habitantes tienen que padecer por un pobre camino de tierra que es lo único que los comunica con el “progreso” de su municipio: la cuarta metrópoli del país. Eso sí hace unos tres años cercaron decenas de hectáreas de terrenos a lo largo del camino (ahí está la cerca) que dicen sus habitantes ahora pertenecen a algún político. ¿Será como los fajos de billetes que acumulaba el gobernador López en complicidad con Juan Vargas?

Xaxamayo es el ejemplo del México que bien podría levantarse en armas, la revolución no ha pasado por ellos. Su realidad es la del indígena engañado, explotado, jodido, atendido sólo para la foto y el voto, pero olvidado después. Su población trabaja mucho (irónicamente la mayoría son albañiles de las lujosas casas que luego habitan los mismos políticos que los han robado).

Xaxamayo tiene una arquitectura hermosa, con diseños únicos de casas de paja que duran más de treinta años sin mantenimiento. Sus habitantes no creen en nadie más que en su trabajo, no es de extrañar tras tanta promesa y tanta mentira. Puebla los ha olvidado, los ha engañado mientras ellos día a día siguen caminando para poder apagar la sed. Con Xaxamayo ¡Puebla pierde!... y esta no es campaña, sino la pura realidad.

Si te encanta leer columnas, te invito a que esta vez pases de la reflexión a la indignación y la acción. Este fin de semana visita Xaxamayo y exige a los actuales candidatos, particularmente a los que antes estaban encargados de combatir la pobreza que antes de pedir un voto más, primero resuelvan esta misma semana el problema tan insultante de Xaxamayo. ¡No más África en Puebla!