Los 500 años de Puebla, el estado líder de México
¡Qué orgullo! Puebla cumple hoy 500 años de existencia y lo hace de manteles largos. Nuestro estado es ejemplo en México como la mejor región para vivir, con un desarrollo económico envidiable, una economía basada en el conocimiento y una sociedad culta, solidaria, pujante y orgullosa de su estado. Todo el estado es un mosaico de progreso.
La mixteca poblana, anteriormente la región que más migrantes expulsaba, es hoy un polo de desarrollo agropecuario y de turismo de aventura. Los áridos campos adoptaron la agricultura por goteo con la inversión de antiguos migrantes hoy convertidos en exitosos empresarios. En el sureste, los cultivos de caña están rodeados de empresas productoras del etanol que mueve a más de la mitad del transporte limpio de México. La región entre Atlixco e Izúcar tiene hoy todo tipo de atractivos turísticos y de esparcimiento, con hermosos campos de golf y haciendas de descanso.
En la Sierra Norte la región de Zacatlán, pionera en la época revolucionara con su industria de relojes monumentales y fábricas de armamento, es hoy una zona de innovación industrial y un paraíso para los que buscan trabajar en empresas de punta viviendo rodeados de bosques y campos tecnificados.
De ahí, la nueva autopista interserrana nos conduce a la región más tranquila, pero no por ello menos desarrollada de Puebla. Son muchos los extranjeros y mexicanos que ahora la visitan para entrar en el paraíso de la filosofía y meditación, así disfrutan lo mismo las grutas Karmidas en Zapotitlán de Méndez o el bellísimo Xochitlán de Vicente Suárez con sus cabañas de primer mundo para curiosamente regresar al mundo de antes.
Más al noroeste toda la zona de Teziutlán se ha transformado en la región de procesamiento de productos boscosos más importante de la región. Destaca también su industria textil, proveedora para el sureste del país.
Regresando al centro, el valle de Tepeaca y Tecamachalco tiene importantes industrias de transformación y puertos intermodales que sirven como centros de logística y traslado de productos a México y el norte del país. Por supuesto el telescopio milimétrico, tras 25 años de uso ha detonado la estancia de importantes instituciones de investigación en los alrededores de Ciudad Serdán, enfocadas particularmente a la creación de software analítico y cómputo distribuido.
El valle de Tehuacán es una región especializada en la biotecnología y la investigación de granos, aprovechamiento de nopales y cactáceas para la cura de enfermedades, así como la siempre exitosa industria avícola. Ah y no olvidemos que recientemente los responsables de la reserva de la biosfera Tehuacán-Coxcatlán recibieron el premio internacional por ser líderes en México por el esmero y cuidado de la misma.
La capital supo conservar su tamaño y evitar convertirse en otro Distrito Federal. 25 años de planeación urbana la han convertido en un inmejorable lugar para vivir, estudiar e impactar al resto del país. Son constantes las conferencias y foros que impactan al continente por la calidad de los expositores y la relevancia de sus intervenciones. Somos ya la sede intelectual de América Latina. Nuestras empresas se han expandido a todo México y Latinoamérica. Las industrias tradicionales son pocas y muy limpias, las empresas que dominan son las del conocimiento, el software y los servicios. Ello nos ha permitido tener a la gente más talentosa viviendo en un entorno cosmopolita, gozando de los mejores comercios y servicios.
Por supuesto nuestra condición en este 500 aniversario es producto del renovado esfuerzo de todos los poblanos. Históricamente tuvimos a la ciudad más culta del país, fuimos los iniciadores de la revolución, fuimos la ciudad a donde llegaron los intelectuales tras la conquista y fuimos la cuna de grandes poblanos. Pero no siempre fue así. Tuvimos un bache de varias décadas, donde Puebla dejó de reflejar su esencia de visión y liderazgo. Afortunadamente salimos adelante…
El punto de inflexión que nos impulsó al futuro
Le fue tan mal a Puebla en esos tiempos, ya no figurábamos en los estados con mayor crecimiento, ya no aparecíamos en los primeros lugares de competitividad, ni entre los estados con mejor calidad de vida...
Unas décadas atrás el liderazgo empresarial y social característico de los poblanos fue menguando. Puebla dejó de ser una ciudad visionaria, se durmió. Ciudades que no pintaban en el mapa como Monterrey ó Querétaro nos rebasaron. Luego vinieron los malos gobiernos. Fueron varios los de ellos los que apagaron el desarrollo del estado. Desde los ochentas hasta principios de este siglo XXI Puebla tuvo gobernantes que no supieron catalizar y orquestar el liderazgo nato de su sociedad. Hubo un solo gobernante quizá que impulsó al estado en esos tiempos, pero luego por una coyuntura nacional quiso impulsarse a la candidatura presidencial de un hoy extinto partido llamado PRI. Por ello dejó que lo siguiera un carismático pero poco preparado gobernante en lugar de empujar a su gallo, un hombre muy preparado que fue sacrificado en aras de una supuesta “democracia” simulada – recordemos que en esos tiempos el gobernante quitaba y ponía a su sucesor… Cuál sería nuestra sorpresa cuando tras el carismático pero poco efectivo gobierno llegó uno todavía más malo. Imagínense que hasta extrañábamos al anterior… Puebla se volvió el estado “precioso”, producto de una famosa conversación telefónica entre el gobernante y un empresario. Le fue tan mal a Puebla en esos tiempos, ya no figurábamos en los estados con mayor crecimiento, ya no aparecíamos en los primeros lugares de competitividad, ni entre los estados con mejor calidad de vida, ni en cualquier otro indicador positivo. Vamos, Puebla no pintaba en el mapa más que para malas noticias. El único mérito era ser de los estados más corruptos o con los gobiernos menos transparentes. Los gobernantes se sentían dueños del gobierno, manejaban las leyes a su antojo y los puestos de mando estaban tomados por grupos de amigos, incompetentes para todo, menos para hacer fortuna.
Pero ahí llegó el punto de inflexión, la gente se cansó, miró al norte y vio cómo Aguascalientes, Nuevo León ó Chihuahua estaban haciendo muy bien las cosas. Entonces forzamos un cambio de timón. Todos hicimos algo que por mucho tiempo habíamos olvidado, trabajamos en conjunto por Puebla y decidimos por gobernantes preparados y apasionados de su estado… El resto de la historia ya la sabes. Ahora a los poblanos nos dicen “los sureños que rebasaron al norte”. Ahora los del norte quieren seguir nuestro ejemplo. ¡Cuánto cambiamos desde aquel 475 aniversario de Puebla!
Hoy celebramos el despertar y la renovación de Puebla, celebramos que hemos sabido trabajar por y para nuestra región convirtiéndonos en el estado preferido para invertir, para vivir, para estudiar, para crear. ¡Enhorabuena poblanos!
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